Métodos anticonceptivos

La anticoncepción es el conjunto de métodos y prácticas utilizadas para evitar embarazos no deseados. El problema del control de la natalidad ha sido discutido desde los textos médicos más antiguos que han llegado hasta nosotros, que datan del siglo XIX a.C. Las primeras medidas adoptadas con fines anticonceptivos consistían en simples barreras mecánicas o químicas, que se colocaban en el interior de la vagina para impedir que los espermatozoides fecundaran el óvulo; Entre los materiales y sustancias utilizados en el pasado para estos fines se encontraban esponjas marinas y mezclas de los más diversos componentes, desde excrementos de cocodrilo hasta miel, desde quinina hasta sal de roca y alumbre.

NOTAS HISTÓRICAS

Ya en 1798, el economista británico Thomas Robert Malthus predijo que un día los recursos alimentarios de nuestro planeta ya no serían suficientes para alimentar a toda la población. En los años siguientes, a medida que las tasas de mortalidad disminuyeron debido a la mejora de la atención médica, la nutrición, la higiene y las condiciones de trabajo, se empezó a prestar mayor atención al control de la natalidad. En el siglo XIX surgieron los primeros movimientos políticos que apuntaban a este fin y desde el principio su acción encontró una fuerte resistencia, expresada tanto a nivel individual como por parte de representantes de grupos religiosos. Actualmente, hay alrededor de 80 países que, a nivel internacional, han adoptado programas de control de natalidad. Durante varios años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha apoyado a muchos países en la formulación y promoción de programas de planificación familiar. La OMS también financia programas de investigación sobre la regulación natural de la fertilidad y la anticoncepción.

MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS

Los métodos anticonceptivos disponibles hoy en día varían desde procedimientos permanentes, como la esterilización quirúrgica, hasta métodos temporales que deben utilizarse en cada encuentro sexual. Su eficacia está definida por el llamado Índice de Pearl (IP), que expresa el número de embarazos no planificados registrados en 100 mujeres que han utilizado el método durante un año: cuanto más eficaz es el método, más cerca está el IP de cero.

Anticonceptivos esteroides
Los anticonceptivos orales, las comunes “píldoras”, están compuestos por sustancias químicas muy similares a las hormonas naturales (estrógeno y progesterona) y funcionan bloqueando la ovulación, dificultando el paso de los espermatozoides desde la vagina al útero y haciendo inhóspito el ambiente uterino en el que debería anidar el óvulo fecundado. Si se toma según las instrucciones, la píldora tiene una alta eficacia anticonceptiva (IP de 0,25 a 2). Como todos los medicamentos, puede tener efectos secundarios físicos (aumento de enfermedades autoinmunes y diabetes si están latentes, trastornos cardiovasculares como aumento de la presión arterial y mayor incidencia de tromboflebitis y tromboembolismo, aumento de los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos, cáncer de mama) y efectos secundarios psicológicos (aumento de trastornos depresivos si ya estaban presentes antes de tomarlo, pérdida de la libido, dolor durante las relaciones sexuales). Según un estudio reciente, podría facilitar la transmisión del virus VIH, responsable de la transmisión del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), ya que modifica el cuello uterino haciéndolo más receptivo a los patógenos. Las mujeres mayores de 35 años que utilizan la píldora, y especialmente las fumadoras y la